martes, 9 de junio de 2009

Desperdicio de Alimentos



Mientras unos tiran alimentos por toneladas, otros se mueren de hambre.


¿No te ha pasado que cuando vas al supermercado subes al carrito cosas que lugo no se comen y caducan en el refri?


El yogur ha caducado, el salami sabe mal, el plátano se ha ennegrecido y las ciruelas se han echado a perder. ¡A la basura! Lo que ha dejado de parecer apetitoso acaba rápidamente en el cubo de la basura.


Se estima que, solo en Alemania, cada año acaban en la basura unos dos millones de toneladas de alimentos, aunque a menudo eran todavía comestibles y se podrían haber reaprovechado en otro lugar. En el mundo pasan hambre unos 920 millones de personas, de los que aproximadamente una tercera parte son niños, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación.


100 euros a la basura
Cada persona tira al año hasta 240 kilogramos de alimentos, según los científicos del Instituto de Gestión de Desechos de la Universität für Bodenkultur de Viena (BOKU Wien). Y esto tiene un precio: anualmente se tiran en cada hogar europeo unos 100 euros. Incluso alimentos todavía empaquetados acaban en la basura intactos.

Los campeones del desperdicio son los británicos. Según un estudio del Waste & Resources Action Programme (WRAP) del Reino Unido, en el país se tira aproximadamente un 20% de los alimentos comprados, aunque todavía sean comestibles. En Austria se tira hasta el 12%.

Acaban en la basura, sobre todo, los productos lácteos y huevos (15%), seguidos de la verdura y el pan (13%), la carne (12%) y platos preparados (9%).

También las empresas desperdician
En los supermercados y panaderías, el panorama no es muy diferente. Se cuece pan hasta que se cierra la tienda, y después hay que tirarlo. En Viena, por ejemplo, se tira cada día la misma cantidad de pan que se consume en Graz.
Cada supermercado tira al día un promedio de 45 kilogramos de alimentos porque no los ha podido vender. Los alimentos tienen manchas, se acerca la fecha de caducidad, hay que deshacerse de la gama de productos o el envoltorio está dañado. También aquí se tira sobre todo fruta y verdura, seguidas de huevos, queso y productos cárnicos. Según la opinión de los expertos, al menos un cuarto de los alimentos desechados era todavía comestible.

Mientras las montañas de basura siguen creciendo, los pobres apenas pueden permitirse los alimentos básicos. En el Reino Unido, por ejemplo, las familias de rentas más bajas tuvieron que dedicar el año pasado aproximadamente el 15% de sus ingresos a la alimentación. En las familias ricas, por el contrario, este porcentaje fue solo del 7%, según el Guardian.

¡Dejemos de tirar alimentos!
¿Qué podemos hacer para detener esta forma despreocupada de tratar los alimentos? ¿Puede ayudar la UE? Nos gustaría reflexionar con usted sobre lo que podría cambiar.

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